Ambivalences
Chansons et contes pour enfants et adultes
A veces se sienta un niño a admirar las estrellas,
tiende la mano pa tocar esas lucecitas tan bellas,
pero lo mandan a dormir, lo mandan a hacer sueños,
sin que puedan compartir esos momentos tan bellos.
Noche, noche,
qué ingratos son los hombres.
Noche, noche,
qué ingratas sus manías.
Noche, noche,
lo que les pasa de día.
noche, noche,
sólo saben comprender
Noche, noche,
si supieran como es bello
Noche, noche,
andar contigo silencio
Noche, noche,
nunca más se dormirían,
noche, noche
nunca se dormirían,
Ad-libidum.
Está triste la noche porque la dejan sola.
Es tan triste la noche todos van a dormir.
Es tan triste la noche y nadie la consuela.
Está triste la noche con su pobre vivir.
Ella quisiera compañía, ella quisiera hablar,
pero nadie la escucha, nadie la quiere escuchar.
Está triste la noche, con tristeza desolada,
está triste la noche, está desamparada.
Los niños le tienen miedo, los hombres están cansados,
y las mujeres ya duermen con sueños de días claros.
Ella quisiera animación, quisiera ruidos y movimientos,
sólo tiene incomprensión y vaciedades de silencios
Está triste la noche porque la dejan sola.
Es tan triste la noche todos van a dormir.
Es tan triste la noche y nadie la consuela.
Está triste la noche con su pobre vivir.
Cada noche sin embargo, con collares de estrellas,
se viste y se hace bella, para atraer las miradas.
Cada noche ella espera, alumbrando con tierna luna,
esta tierra de los hombres que ella ama con dulzura.
Triste está la noche.